Crítica Exposición Cristina Bajo. C del Arte volver
Una nueva exposición del pintor madrileño Amo, nos ha permitido aproximarnos de nuevo a la delicada riqueza cromática de sus paisajes.

Es un artista de los que caracterizan su obra por sugerir las figuras, por insinuar detalles de paisajes arminizados por la precisión de los matices del color, por el entrelazado de luces y sombras, que hacen que el cuadro como resultado final se defina como único, como un rasgo de personalidad al margen de estilos y tendencias.
Sus lienzos no sólo representan una realidad unidireccional captada por el artista, sino que avanzan hacia el encuentro con las sensaciones que recibe del contexto que recrea. Su variedad cromática permite que el paisaje o el bodegón que aparece ante nuestras retinas provoque un cúmulo de sensaciones. Los elementos sobre los que reacae el peso de la obra se delimitan con nitidez mientras fluyen dentro de un entorno simplemente sugerido que envuelve lo que representa.

Los detalles que definen los paisajes toman apariencia especial formada por las tonalidades y las texturas que lo sitúan y los delimitan. Amo es uno de esos artistas que investiga con el color, las luces, las formas, buscando el equilibrio exacto entre lo que el mundo le entrega directamente y lo que él simplemente apunta desde su sensibilidad.

Ajustándose a los movimientos actuales de la denominada nueva figuración crea un universo propio, con una fuerte presencia de lo onírico, de lo visionario, de aquello que sólo puede ser fruto de un artista que cuando se detiene para dar cuerpo a un paisaje es capaz de percibir mucho más que lo que simplemente el entorno muestra a primera vista. De este modo nos empuja a descubrir Toledo o Venecia con una mirada renovada, inicente, capaz, en definitiva, de sorprenderse con lo cotidiano.
Cristina Bajo